martes, 17 de febrero de 2015

"Todo es obra de Dios"

A fin de conocer las instituciones católicas que hoy buscan reivindicar el concepto de Patria, entrevistamos a Juan Manuel Rodríguez Platas, jefe de una de las tantas comunidades de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino. 

F.A.S.T.A es una obra de la Iglesia Católica cuyo fin es evangelizar la cultura, la familia y la juventud. Tres ejes: Dios, la Iglesia y la Patria, una espiritualidad dominicana, y un estilo muy particular que ha dado a cuestionar si todo esto no conlleva también una determinada ideología. 

         
Visitamos al jefe de Ruca del Plata desde 2013 en Palermo.

Si tuviera que optar por una frase elegiría : "Que tu vida sea ejemplo de grandeza, que tu alma busque siempre la Verdad". En el sencillo salón de Ruca del Plata en el viejo barrio de Palermo, cuelga una bandera con las Islas Malvinas, un cuadro de Santo Tomás de Aquino entre otras imágenes de santos y la Cruz de Cristo. Como indica el nombre 'ruca' (casa) que proviene del mapuche, éste es el hogar de una gran comunidad que sirve a la Iglesia. A poco tiempo de finalizar su mandato en el Ruca de Palermo, Juan Manuel permanece en silencio, pensativo, asomando una pequeña sonrisa, probablemente de todos los recuerdos que guarda en su mochila. Con la Virgen María a su derecha, se desenvuelve frente a la cámara para que todos sepan de que se trata FASTA, para que todos en algún momento quieran entregar la vida por algo más grande. Tiene 24 años y se encuentra en su cuarto año de Medicina, es alumno ejemplar en la UBA y aún así no se lo ha visto faltar a ninguna reunión, a ninguna actividad. ¿Cuál es su secreto? Dios.


¿Qué fue lo primero que pensaste cuando se te encomienda la misión de ser jefe de Ruca del Plata?
J: Ya fue hace dos años... En realidad, uno no sabe hace cuanto, creo que Dios lo tuvo pensado desde siempre y te va mostrando el camino, uno tiene que intentar seguirlo, a veces entorpece el plan, uno toma decisiones como si tuviera el control sobre su vida y ahí es cuando cae... Pero el camino se va haciendo claro. (...) Lo más importante siempre fueron los amigos, que no fueron las personas que nos enjuiciaban, sino que nos acompañaban, primero para que esa caída no fuera tan abrupta sino que sea mucho más suave y también para enseñarte a levantarte. Y bueno hace año y medio ya tengo la misión de ser jefe de ruca. Lo primero que te pasa es el asombro, vos estas participando desde chico de un movimiento que te hace siempre aspirar hacia lo más alto y que te hace crecer. Y bueno ahora asumir esa misión… Uno se pone a ver si esta a la altura, si uno puede, si es capaz, y uno vuelve a caer y se da cuenta de que solo no vas a poder. Inmediatamente cuando Eliseo (Jefe de Juventudes) me da el mando de que iba a ser jefe de ruca, me acuerdo que una de las primeras cosas que me pregunté fue acerca de los amigos, acerca de las personas que a uno lo acompañan, cómo se lleva eso.. ¡y el poder de la buena amistad! Eso lo descubrí en estos dos años que me tocó conducir el Ruca, tuve dos comandos con un mucho entusiasmo y con unas ganas de trabajar. Entonces, en definitiva, los amigos son lo que a uno lo sostienen en la misión y es recíproco porque cuando vos empezás a pensar proyectos en conjunto, empezás a compartir algo mucho mas grande porque detrás de ese proyecto se esconde Dios. Cuando caes en la cuenta...tenés Cristos por todos lados que te van acompañando.

FASTA, fundado en 1962 por el Padre Aníbal Ernesto Fosbery OP,  se organiza mediante una estructura vertical que busca asegurar que en todas sus comunidades se transmita el mismo mensaje. Consiste de un directorio integrado por un presidente, un vicepresidente, un secretario general, un director de Educación, un contador y tesorero y un jefe de juventudes. Desde aquí, se toman todas las decisiones por ejemplo, se aprueban los programas educativos de los colegios de FASTA o se arman los planes de formación para los jóvenes que integran los rucas, entre tantas otras. Esta obra apostólica tiene colegios en toda la Argentina y recientemente se hizo presente en otros países, pero a su vez, están los rucas que son las comunidades para los jóvenes. El ruca no depende necesariamente del colegio pero siempre intenta acompañar su crecimiento. Cada ruca tiene su jefe y una organización interna propia. Aquellos que alguna vez fueron milicianos cuando FASTA recién comenzaba, hoy conforman la Mayor en la cual se han generado distintas comunidades apostólicas como los convivios o los grupos que hacen obras de caridad. De manera que estas comunidades se mantengan informadas y sigan un mismo camino, hay un comando jurisdiccional que guía cada jurisdicción por ejemplo, la de Buenos Aires. Este comando está integrado por un jefe, un secretario, el jefe de la Mayor y los jefes de cada Ruca. Por último, hay un comando de juventudes que rige todas las regiones. La organización de FASTA es realmente notable, de alguna forma intenta ser espejo de la estructura de la Iglesia Católica a fin de que todas sus obras de ordenen hacia Dios. Juan Manuel comentó entre sus actividades: campamentos, formaciones, marchas... (Leer más: Insight Ruca del Plata) Sin duda que FASTA tiene un estilo particular que lo distingue de otras obras de la Iglesia. 







¿Es posible definir el estilo de FASTA, como también su carisma y su espiritualidad? ¿De qué manera encaminan el rumbo de esta fraternidad?


Los jefes premian
a los "templarios" en la
formación final.
J: El estilo, el carisma y la espiritualidad son temas que permanentemente se van trabajando, no se terminan de definir porque el acompañamiento formativo y el crecimiento espiritual que uno va teniendo en las diferentes secciones le permiten ahondar más en estos aspectos. En primer lugar, cuando entras al ruca, lo que más te impresiona es el estilo, te topas con una formación, con jóvenes de uniforme, con marchas, eso te entusiasma y te motiva, queres formar parte de eso. Cuando sos templario, tenes la oportunidad de irte a una marcha a la montaña y lo que te genera es indescriptible. Pero a medida que vas creciendo, te vas dando cuenta que cada uno de esas cosas que vos hacías y que tenían estilo, tenían una representación interior, son signos. Uno detrás de la boina ve que permanentemente se está librando buen combate, uno quiere siempre transformar la estructura y el orden temporal que le toca.
En cuanto al carisma, es una gracia del Espíritu sobre Fosbery, que le permitió hacer una lectura del mundo contemporáneo y ver hacia donde teníamos que apuntar; la evangelización de la familia, la cultura y la juventud.  Clarísimo, tres focos en los que nos centramos, es decir, como cristianos intentamos no desatender ningún foco, las obras de misericordia espirituales y materiales pero FASTA con su carisma propio responde a las obras de misericordia espirituales, por eso nos dedicamos a lo que es la familia, la cultura y la juventud. Todo esto en compañía de los curas, de los seminaristas, de las catherinas... Entre todos intentamos que estas tres áreas en que cada uno se focaliza, apunten hacia los tres ideales de fasta; Dios, la Iglesia y la Patria. Es decir, queremos que el ruca camine hacia esos tres ideales, que el colegio camine hacia los tres ideales, que las comunidades apostólicas también lo hagan(...). Es decir, son tres objetivos bien claros pero que se reúnen en un mismo carisma, no es que son carismas diferentes.
Después bueno, somos hijos de la espiritualidad dominica, 
una espiritualidad dedicada a la oración y al estudio, pero por nuestro carisma, al mismo tiempo que nos dedicamos a esta contemplación, también nos dedicamos a la acción. Al mismo tiempo que actuamos, contemplamos. Pero lo que intentamos es que nos vayamos santificando en el obrar. Y eso uno en Santo Tomas lo ve clarísimo, en Santa Catalina de Siena lo ve clarísimo, en Santo Domingo Guzmán también. El gusto que tiene esta espiritualidad es la puesta a la libertad interior que a vos te permite desde tus convicciones asumir tu compromiso. A medida que uno va aprendiendo mas sobre la espiritualidad dominicana, descubre un montón de cosas. Este año Miguel (seminarista) nos enseñó que la espiritualidad dominicana plantea un crecimiento espiritual al mismo tiempo que lo plantea la iglesia en el calendario litúrgico. Entonces, ¿cuál es nuestro momento de crecer? El mismo que la Iglesia, entonces vivimos la cuaresma de un modo especial, la pascua de un modo especial, el trigo pascual de un modo especial, el tiempo ordinario no como un modo común sino como un espacio para ordenarse, ¿Hasta dónde? Bueno hasta que empiece el nuevo ciclo, el adviento, el nacimiento de Cristo, y después del nacimiento retomas las fuerzas y aparece el miércoles de ceniza... Permanentemente esa espiritualidad se va renovando y te permite conectar el estilo con el carisma y con la espiritualidad. Es como que el estilo es el sobre techo de una carpa, lo ves de afuera, la camisa, el uniforme, la marcha, el escudito, la carpa, todos los símbolos. La puerta de la carpa es el carisma, en la agrupación milicianos haces un paso del estilo, pero lograste interiorizar ese estilo hasta que esa puerta te conduce al interior que es la vida espiritual, esa realidad interior de santificación. Cuanto mas ves esto,  mas comprendes que todo es obra de Dios.


Hay una pregunta que tengo que hacerte porque ciertas críticas de alguna forma opacan los valores que quiere transmitir FASTA. Por un lado se le ha hecho mala fama al fundador por haber agradecido a un líder nazi una donación que realizó en Bariloche. ¿Crees que eso afecta a la imagen de FASTA y lo que en verdad busca transmitir?

J: Bueno si bien creo que no soy el indicado para responder esta pregunta, es muy claro. El Padre Fosbery recibió un terreno en Bariloche  y agradeció como corresponde. No es su función como sacerdote juzgarlo o condenarlo. La imagen que FASTA pueda tener por estas interpretaciones en definitiva no es su esencia.

Por otro lado, muchas veces se los trata de ultraderechistas, ¿en qué medida FASTA busca tener un lugar en la política? ¿Pertenece siquiera a una ideología?

J: FASTA no tiene objetivos políticos. De hecho por ser Iglesia Católica no es de derecha ni de izquierda sino que busca la Verdad como toda obra de Iglesia sin inclinaciones ideológicas ni políticas. Esto lo podes ver por ejemplo en el plan de formación para los jóvenes, éste se guía solamente por la Doctrina Social de la Iglesia e intenta educarlos en los valores católicos para que el día de mañana actúen en sus trabajos, en sus familias, en sus estudios, con honestidad, con integridad y por sobretodo con caridad. 

Por último, pudiendo ver ya la dimensión de FASTA, ¿cuál es el valor que tiene el ser una comunidad tan grande?

J: La comunidad es algo que del momento que uno ingresa al ruca existió, la comunidad de Ruca del Plata, pero uno se da cuenta de que existe algo mucho mas grande que tu sección, que tu ruca. Uno va viendo a medida que crece que no es una isla, a principio lo único que te importo es tu escuadra, después tu sección, después tu agrupación.. después el ruca. Y en ese crecimiento vas viendo que no sos solo un ruca, sino que son un montón de rucas, no solamente son un montón de rucas sino una iglesia… ¿Cuando te das cuenta de la importancia de la comunidad? Solo en los tiempos difíciles. La palabra de Dios lo dice muy claro, Dios hizo a los fuertes para sostener a los más débiles y quién es fuerte y quién es débil... Creo que todos un día somos fuertes y otro día somos débiles. Un día nos sentimos fuertes y con la gracia suficiente para hacer la voluntad de Dios, pero también al día siguiente caes y ¿quién te sostiene? Te sostiene esa persona que ayer fue débil y hoy es fuerte, eso es la comunidad, es lo que a vos te permite vivir la fe, y vivir particularmente lo que es el ruca, de manera permanente porque sabes que es lo mejor para vos. Entonces la comunidad persigue un mismo objetivo, por eso es tan importante la comunidad, que tenga un mismo fin(…) Cuando vos te encontrás con esas personas, a pesar de que te desconozcan, son capaces de sostenerte. Es como un gran fuego. Es decir yo tengo un gran fuego y enciendo una vela y esa vela se enciende en otro lado, y cuando se apague mi vela sabes que va a haber otra persona que tenga el mismo fuego de siempre, y eso es la unidad de FASTA. 

El festejo del 25 de mayo con un locro y bandas folclóricas.
La oración previa a la Peregrinación a Luján. 


Peregrinación a Luján.

Finalización de las actividades en 2013: el esperado "Spirit du Corps".
Leer más... Insight: El paso de Juan Manuel por Ruca del Plata

¿Cuándo entraste al ruca y cuál fue la actividad que te motivo a quedarte?

J: Yo entré al ruca en el año '99, estaba en tercer grado, hace ya unos años estaba en el colegio y tenía varios amigos que participaban de las actividades del ruca. Tuve un par de sábados en el ruca ese año, pero como la regla era que a partir de cuarto grado podías ser escudero, empecé siendo escudero en cuarta etapa. Fueron pasando los años, pasaron los campamentos, ya en el año 2000, cuando estaba en cuarta etapa tuvimos la primera actividad que fue la que a mí más me llamo la atención, era la que me dio el primer puntapié para quedarme: el Campamento Quijote. Me acuerdo que éramos un montón de escuderos yendo hacia el lugar del campamento. Antes de llegar, nos hacen bajar a todos ahí en el pueblo, en una casa así media vieja donde estaba el tren y ahí nos dieron la primer consigna y nos dijeron que íbamos a entrar en un mundo de escuderos, en el mundo de los caballeros templarios. Cuando llegamos nos forman y nos dan las túnicas, nos dan las espadas, los escudos y claro nosotros veíamos todos los castillos, las actividades que había, el "gladiador"... Y bueno creo que el Quijote fue un gran motivo que nos hizo quedarnos.
Los escuderos en la final de la Copa Herederos 2014.
De hecho, al año siguiente teníamos la Copa Herederos. En ese momento estaba el premio al deporte y el premio al estilo, el premio al estilo era el Quijote. Me acuerdo que lo único que nos importaba era ganar el Quijote, la copa no nos interesaba, el fútbol no nos interesaba, si lo ganábamos bien pero lo que más nos importaba era ser la sección Escuderos del Quijote; una sección con estilo, que cante marchas, que use bien el uniforme...


A esa altura, ¿comprendías ya la dimensión de FASTA?

Creo que en el paso a templarios lo empecé a notar con mayor claridad. Me acuerdo por ejemplo de los juegos olímpicos, una actividad donde pude comprender la inmensidad de FASTA, y al mismo tiempo de Ruca del Plata. Siempre me llamó la atención en realidad, yo quería formar parte de eso, de la mística de Ruca del Plata. En la Copa Estilo por ejemplo nos habíamos preparado mucho previamente y la ganamos, pero independientemente de eso habíamos conquistado algo mucho más grande que era poder pensar más allá de lo que había detrás de la copa.

Más allá de la organización de todas las actividades, ¿qué influencia tenían los jefes sobre ustedes?

J: Bueno en el paso a templarios empezamos a tener una relación mucho más estrecha con los jefes. Había una sección Caudillos muy grande y ahí me acuerdo que salíamos a comer con los jefes, con Nacho Armando, con Gregor, que era el capellán en ese momento. Íbamos a comer a La Casona y nosotros siempre salíamos sin plata pero los jefes siempre se preocupaban y nos pagaban. Pero no era solo eso, tuvieron una influencia muy importante sobre nosotros. Eliseo Santi por ejemplo fue un jefe muy importante en nuestro crecimiento porque nos intentaba marcar hacia dónde teníamos que caminar, con una exigencia que nos hacía muy bien y también con una cercanía que nos permitía crecer con comodidad. No era algo que lo hacíamos solamente porque había alguien más grande que nos lo decía sino que ya era una mentalidad mucho más independiente de querer buscar el Bien y las virtudes del templario por nuestro propios medios. 

¿Cuál fue tu reacción cuando te nombraron jefe por primera vez?

J:  En segundo año es cuando me nombran jefe por primera vez, me nombran Asistente de Escuderos Santos, lo que sería Escuderos Menores, para mí era una misión muy importante. Tenía un comando de amigos y bueno nos tocaba armar el Campamento Santos para empezar el año. El hecho de poder dirigir un campamento, de preparar una charla, una consigna, de ser uno el que está delante de la sección y poder soñar la sección era algo único. Y además era un comando muy divertido.
Pero la misión que quizás me sorprendió más fue otra. En el año 2008, Turio era jefe de agrupación. Un domingo a la noche me llama y me pide que nos juntemos en Regencia, en el despacho del cura. Ahí me pidió que sea jefe de la Sección Escuderos. Por supuesto estaba muy asustado, no sabía cómo iba a hacerlo, con qué comando iba a estar, si iba a estar a la altura. Tenía un montón de dudas propias de la edad y del mando, pero mucho jefes me fueron ayudando y acompañando. Me ayudaron a comprender que hay una misión que es Dios quien te la da y que es mucho más grande de lo que podía quizás... ¡La camiseta siempre me iba a quedar grande, nunca iba a estar preparado pero Dios me estaba dando la misión! Había apostado en mí y en mi comando para llevar adelante esa misión y a mí me marcó. La sección escuderos fue lo que más me marcó en Ruca del Plata, siempre le tuve un aprecio especial. En primer lugar por mi paso como escudero y en segundo lugar por mi paso como jefe. Teníamos un comando de amigos, que rezábamos juntos, en ese momento tal vez parece que no fuese importante o que lo hacíamos porque decían que nos iba a hacer bien, pero yo ahora miro para atrás y lo que mas me acuerdo es eso. Me acuerdo un lunes rezando el rosario con el comando, o el capellán frenando nuestras largas jornadas de trabajo para decirnos: "Bueno vamos a lo mas importante" y nos íbamos a misa todo el comando. Nosotros lo pasábamos bien armando los campamentos, sobretodo el Quijote. Ese Quijote que a mí me había atrapado una vez, ahora tenía que armarlo. Poder llevarlo a cabo fue un esfuerzo muy grande pero también un sueño. Además la mística del campamento te llevaba inmediatamente a una vida espiritual muy fuerte, a un lazo muy íntimo. Uno no se da cuenta pero esas pequeñas actividades y esos comandos compartidos nos fueron marcando.
Una típica formación en FASTA con la bandera argentina
y la bandera de la agrupación.
¿Cuál es la importancia de los patronos en cada sección?

J: Cuando entramos en escuderos, nuestro patrono era San Luis IX rey de Francia, que había sido rey con 14 años, rey católico, y la primera vez que nos presentan al santo era en el campamento San Virrey. A la misma vez yo tenía un cariño especial por el Quijote, no sabía si era real, si era santo (risas)…De todas formas, después se cambió a San Tarsicio que había sido monaguillo, entonces a partir de ahí, empezamos a implementar para escuderos en el plan de ForDoc (Formación Doctrinal) el curso de monaguillo. Apenas terminaba la formación nos íbamos corriendo a la misa porque queríamos ser monaguillos. Uno se pone a pensar, y es increíble que un grupo de jóvenes dirigido por otros jóvenes que son amigos, sin saberlo te generen todas estas cosas, un servicio a la Iglesia que a pesar de que parezca mínimo es inmenso. Lo mismo sucedía con los patronos siguientes, con San Bernardo, con San Pablo, a través de su historia y en conjunto con las actividades que nos iban desafiando, se nos marcaba el camino hacia la santidad.

¿Qué rol cumplían los seminaristas y curas en el crecimiento espiritual del Ruca y de ustedes? Particularmente a Ruca del Plata, ¿cómo les afectaba la cercanía a la fraternidad?

El Padre Fosbery dando
una homilía.

J: La cercanía con los seminaristas y los curas, depende de la edad que uno tenga. En tu primer año de jefatura, los "fratis" (seminaritas) son los que te salvan las papas, los que te preparan la charla, te ayudan a preparar las actividades, los campamentos.(...)La importancia del cura también, porque el cura te conocía a vos como templario, a vos en el colegio, a vos como jefe, a vos en tu casa, conocía a tu familia, conocía toda tu vida entonces era la persona que mejor te sabía aconsejar. También era una persona que nos acompañaba mucho, con un carisma especial, todos los curas. Son personas con una cercanía especial que atienden a lo más profundo de lo que a uno le puede llegar a pasar. En todas esas cosas que un jefe tiene en la cabeza venia un cura a decirte que estaba todo bien, que todo iba por buen camino, que siga para adelante y se paraba el tiempo para celebrar todos juntos una misa. A los varones siempre nos acompañaron de un modo especial, parecían personas que tenían todo el día para uno, todos lo sentían así, parecía que se multiplicaban porque estaban enteramente dispuestos. Después uno se da cuenta que son personas que también estudian, y que tienen reuniones que van a la facultad y uno piensa, ¿cómo hicieron? Y...siguen la voluntad de Dios, y por eso también son felices, entonces también esa felicidad que ellos tenían uno la quiere transmitir en su comando y en su sección. También son los que te daban la gracia. Es inmenso el aporte que hacen (...), sin ellos el ruca no sería lo que es.


Fotos de Juan Neves y Mariana Pascual.

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